Este año Calendariecito hizo un homenaje a nuestro querido y admirado Roberto Valcárcel, y ahí estamos muchos amigos Artistas queridos también, pensando con él y en él.
Alejandra Alarcón
Roberto Varcárcel
Este año Calendariecito hizo un homenaje a nuestro querido y admirado Roberto Valcárcel, y ahí estamos muchos amigos Artistas queridos también, pensando con él y en él.
Alejandra Alarcón
Roberto Varcárcel
Exhibición las obras ganadoras de la Bienal de Artes Visuales de Santa Cruz de la Sierra, desde el año 2002
NOTA de Prensa
Curadora: Narda Alvarado
"Esta selección que agrupa videos producidos entre 2002 y 2020 ejemplifica un fructífero período de apertura y proliferación del videoarte que, de paso, da lugar a una inminente diversificación de la práctica artística en Bolivia. Por este motivo, algunas obras de este panorama son piezas significativas de la historia del videoarte de Bolivia, como el video-performance “Tejidos” del artista visual Joaquín Sánchez efectuado en 2002 para el CONART; uno de los primeros concursos de arte contemporáneo del país. Otro ejemplo clave es la obra de producción experimental “Pushka 0.2”. Ésta fue creada en 2010 por la artista new media y tejedora, Sandra de Berduccy I aRUMA, quien interviene y combina diversas técnicas y tecnologías analógicas y digitales, modernas y premodernas (televisión, cassette y técnicas de tejido ancestral), para generar un tejido tecnológico de imágenes híbridas para una video-instalación.
Este panorama también incluye dos videos que fueron escogidos de entre más de 80 piezas de videoarte producidas entre 1996 y 2020 por el artista audiovisual y arquitecto alteño Iván Cáceres (1976). Iván empezó a hacer videoarte en 1994 sin tener la menor idea de que éste existiera como lenguaje, y sin siquiera sospechar que lo que hacía fuera arte. Esto, gracias a que su tío le prestaba la cámara VHS con la que filmaba eventos y reuniones familiares de orden festivo. De este modo, el conjunto de obra de este video-artista innato es el caso más paradigmático de producción video-artística madura generada, en un principio, sin referentes directos de videoarte, reflejando así algunas condiciones de producción de la escena artística boliviana. Luego, esta compilación incluye también obras cuya aproximación al videoarte como lenguaje responde a factores de orden conceptual, artístico y/o estético. Es decir que el video es empleado para resolver una obra de arte formalmente, o es utilizado con la intención de explorar la formalización de una idea o concepto dado. Tal el caso de la pieza “Procesión” (2015) del artista audiovisual José Ballivián, que recurre al video como medio idóneo y herramienta flexible para darle movimiento, ritmo y sonido a su búsqueda por estetizar o de hacer una estética de lo culturalmente abigarrado. Un ejemplo de exploración formal-conceptual es la brevísima video-animación stopmotion, “La Ola” (2016), de la acuarelista y artista audiovisual Alejandra Alarcón. En ella, la maqueta de una ola hecha con papel y acuarela, que rota durante 9 segundos, traduce la diversidad de sentidos y sentimientos que giran en torno al mar y a las nociones de mediterraneidad. En muchos casos, el uso del video como medio tiene su origen en imposibilidades de orden económico, o dificultades logísticas o técnicas; posibilitando la ejecución de una idea, convirtiéndose, así, en una estrategia de producción artística. Asimismo, algunos otros videos fueron creados por artistas bolivianas y bolivianos que residen fuera de Bolivia, o que tuvieron acceso a la producción internacional, pero que mantienen una honda conexión con la “realidad”, la cultura y la escena del arte bolivianas. Como los cortísimos “Pelota” y “Transacción” de Douglas Rodrigo Rada, ambos producidos en México, en 2003. O como el extracto de la pieza “Cada edificio de la Avenida Alfonso Ugarte – A partir de Edward Ruscha” (2011) de la artista cruceña Claudia Joskowickz, que reside en Nueva York y produce obra en Bolivia. El trabajo videográfico de Claudia se enmarca en la construcción de la memoria de su natal Bolivia, y del paisaje latinoamericano.
En términos de contenido, resulta indispensable señalar que —puesto que la sociedad boliviana puede definirse como una altamente politizada debido a su agitada historia política, a su notable multidiversidad cultural, y por estar eminentemente organizada socialmente— la producción boliviana de videoarte tiende a manifestar una clara madurez, consciencia e imaginación (política) que diferencia la política de lo político, lo coyuntural de lo pertinente, lo superficial de lo útil, lo partidario de lo partidista, lo mediático de lo crítico, el paternalismo de la autodeterminación, o lo formalista de lo conceptual, por citar algunas categorías que son preponderantes en dicha producción. En adición, ésta intenta evidenciar y ahondar en el pensamiento y cosmovisión de una sociedad y cultura que es, al mismo tiempo (digamos): pre-moderna, moderna, posmoderna y que se percibe simultáneamente como occidental y no-occidental. Precisamente, la obra “Dual” (2015) de Alejandra Delgado expone —además de referirse a otros asuntos— esta condición existencial del ser boliviano que no es un dilema sino una forma de ser: la de estar y no-estar, la de pertenecer y no-pertenecer, simultáneamente. “Vritual Cibernético: frecuencias y latidos” (2020) de Aldair Indra evidencia, igualmente, el pensamiento y cosmovisión de una sociedad que transita libremente entre los rituales de la pre-modernidad, los consumos de la modernidad y las circunstancias de la posmodernidad, como es el caso de la pandemia covid.
Ahora, uno de los cuestionamientos más apremiantes que el proceso de selección planteó, consistió en decidir si la selección debía necesariamente, o no, incluir obras que presentaran las facetas más “llamativas” o incluso las más “turísticas” de Bolivia. O sea, aquellas relativas a la exuberante cultura boliviana como son las festividades religiosas, el folklore y la ritualidad andina, o aquellas que dan cuenta de la gran riqueza paisajística, y de la extensa y biodiversa geografía del corazón de Sud América. También surgieron serios cuestionamientos respecto a la inclusión de obras de carácter netamente político-coyuntural. Respecto a esta última cuestión —dada la complejidad y el intrincado carácter de los asuntos concernientes a esta nación que, actualmente, se construye y deconstruye a partir de una idea propia de descolonización con el fin de autodefinirse y autodeterminarse—, este comisariado resolvió evitar dar cabida a lecturas de la “realidad” política, social o económica boliviana que pudieran comprometer la integridad de sus hechos y de su respectiva interpretación. No obstante, con la finalidad de ofrecer una breve ilustración de cómo el artista boliviano aborda problemáticas coyunturales, desde un acercamiento estrictamente video-artístico, esta selección incluye la pieza “Verbigracia, el retorno” (2014) del joven artista y productor audiovisual Carlos Mujía. En ella, soldados del regimiento histórico “Colorados de Bolivia” —conocido por sus acciones en la Guerra del Pacífico (1879) contra el vecino Chile, que derivó en el enclaustramiento boliviano— avanzan y retroceden haciendo referencia a ese “retorno” que no tiene cabida en el ámbito militar. Empero, apunta al retorno de las relaciones internacionales que continúan, intermitentemente, demandando una salida soberana al mar desde hace casi siglo y medio.¨
Texto completo en Proyector
Curaduría de Shimon Attie, son 29 artistas que realizaron obras que fueron creadas antes del inicio de la pandemia. Muchas de ellas prefiguran de alguna manera la catástrofe que siguió.
se puede visitar la muestra
Seeing Past the Future, an online exhibition of works by 2020 Pollock-Krasner Foundation grant recipients, will open on June 10. The project was conceived by Shimon Attie, the inaugural Charles C. Bergman Endowed Visiting Professor of Studio Art at Stony Brook University’s College of Arts and Sciences, in conjunction with the Pollock-Krasner House and Study Center.
The exhibition will comprise 50 works in a wide range of media, aesthetics, and conceptual strategies. There is also a balance between representational works and those that are more abstract in nature. All, however, were created before the pandemic’s inception. It may be tempting to conclude that many of them in some way prefigure the catastrophe that followed. Rather than deny this implication, Mr. Attie’s intention is to acknowledge and welcome the challenges it poses.
The digital exhibition will be hosted on the Pollock-Krasner House and Study Center and Pollock-Krasner Foundation websites:pkhouse.org and pkf.org.
In consultation with Norman L. Kleeblatt, a former curator at the Jewish Museum in New York, and with curatorial assistance from Talya Feldman, Mr. Attie has chosen a group of 29 artists who received Pollock-Krasner Foundation grants since the onset of the COVID-19 pandemic. Knowing firsthand the vulnerabilities and needs of living artists, Lee Krasner established the foundation to offer them vital assistance. Through the presentation of contemporary works by grant recipients, Mr. Attie hopes to underscore how Pollock and Krasner’s legacy remains vibrant and relevant and continues through the practice of numerous working artists today.
La exposición comprenderá 50 obras en una amplia gama de medios, estéticas y estrategias conceptuales. También existe un equilibrio entre las obras representativas y las de naturaleza más abstracta. Sin embargo, todos fueron creados antes del inicio de la pandemia. Puede ser tentador concluir que muchos de ellos prefiguran de alguna manera la catástrofe que siguió. En lugar de negar esta implicación, la intención del Sr. Attie es reconocer y dar la bienvenida a los desafíos que plantea.
La exposición digital se llevará a cabo en los sitios web de Pollock-Krasner House and Study Center y Pollock-Krasner Foundation: pkhouse.org y pkf.org.
En consulta con Norman L. Kleeblatt, ex curador del Museo Judío de Nueva York, y con la asistencia curatorial de Talya Feldman, el Sr. Attie eligió a un grupo de 29 artistas que recibieron subvenciones de la Fundación Pollock-Krasner desde el inicio del COVID. -19 pandemia. Conociendo de primera mano las vulnerabilidades y necesidades de los artistas vivos, Lee Krasner estableció la fundación para ofrecerles asistencia vital. A través de la presentación de obras contemporáneas por los beneficiarios de las subvenciones, el Sr. Attie espera subrayar cómo el legado de Pollock y Krasner sigue siendo vibrante y relevante y continúa a través de la práctica de numerosos artistas en activo en la actualidad.
«Estamos muy contentos de albergar esta, nuestra primera exposición virtual de arte contemporáneo», dijo Helen A. Harrison, directora de Eugene V. y Clare E. Thaw de Pollock-Krasner House and Study Center. «Nos permite rendir homenaje al apoyo de la Fundación Pollock-Krasner a artistas destacados a nivel internacional, llegar a una amplia audiencia y destacar el compromiso del museo de promover la creatividad en todas sus formas».
Ver más allá del futuro estará acompañado por un panel de discusión de Zoom el domingo 13 de junio a las 3 p.m. EDT, cuando el Sr. Attie y el Sr. Kleeblatt estarán acompañados por Jeanne Wolff-Bernstein, PhD, una distinguida psicoanalista con práctica en Viena, Austria, y la artista rumana Cătălina Nistor, cuyo trabajo está incluido en la exposición. Discutirán la exposición en relación con el concepto de sombra lateral, una teoría que nos recuerda que cada momento presente, cada evento, mayor y menor, es denso con una amplia variedad de futuros complejos y, a veces, contradictorios. El evento es gratis, pero se necesita registrarse.