martes, 4 de octubre de 2011

Dime que me quieres aunque sea verdad.



Galeria Sicart
Barcelona España




Inauguración, sábado 8 de Octubre a las 13 horas..
Del 8 de Octubre al 13 de Noviembre de 2011.




Dime que me quieres aunque sea verdad


Arturo Aguiar, Alejandra Alarcón, Karlo André Ibarra, Lluis Barba, Cristina Calderón & José Luis Paulete, Nicola Costantino, Marta Espinach, Elena García Jiménez, Ivana Larrosa, Sofía López Mañán, Fernando Navarro Vejo, Lidó Rico, Paula Toto Blake, Santiago Ydáñez.


texto: Carolina Castro J.
Que me quieras implica también que me aceptes como soy, que quieras pasar tiempo conmigo, que queramos pasar tiempo  juntos. Querernos implica la necesidad de compartir el uno con el otro en un espacio y un tiempo que a veces se vuelve infinito. Cuando te digo que te quiero, espero que me digas que me quieres también, cuando te pido que me digas que me quieres, es que tengo miedo de decírtelo yo y que tú no me quieras igual. Un Te quiero es una expresión que sólo tiene sentido en el momento que la pronunciamos y que trasmite una situación límite; Aquella en que el sujeto está suspendido en una relación especular con el otro. 
Para que el sentimiento de amor exista en mí, es indispensable que haya otro. Si no hay otro con el quien yo pueda expresar mi querer, entonces no existe  sentimiento alguno. El diálogo de afectos,  el lenguaje de la verdad, el Te quiero, queda mudo, se anula, desaparece entre el mapa de mis sentimientos, embargándome en mis miedos y mis sueños no conseguidos. En la ausencia del otro,  en su silencio, me veo impedido de sentir, y sin sentimientos no soy nadie, me vuelvo invisible.

Así como para el enamorado es indispensable la presencia del otro, del ser amado, las obras de arte requieren también de otro, el espectador, para trasmitir su mensaje.  A modo de autocrítica y frente a la imposibilidad de comunicar a sus espectadores la intención de sus obras, la razón de su existencia, la Galeria Sicart presenta una exposición colectiva en que las obras yacen amontonadas en una esquina de la sala. Como el enamorado se arrincona ante la negación de amor del otro, las obras de estos quince artistas se arruman en reclamo de la atención y el querer de los visitantes ausentes de la galería. Esas obras piden a gritos un Te quiero para poder existir, pues si nadie las ve, si nadie las mira, es como si no estuvieran allí.

Sentir que el otro, espectador o ser amado, me necesita es la razón por la que existo, es lo que me hace como sujeto y como obra de arte ser verdad. Una verdad íntima que se comparte, una verdad personal que se vuelve colectiva, una verdad relativa que se vuelve absoluta en presencia del otro.

En la presente exposición las obras, aunque ausentes, contienen diferentes historias en las que los artistas diagraman sus relaciones afectivas. La complejidad de las relaciones humanas se va cartografiando por diferentes áreas que van desde el subjetivismo de los sentimientos íntimos, pasando por los afectos familiares y hasta los sentimientos que construyen nuestra identidad dentro de la sociedad en que vivimos.



“Narcisa” es un autorretrato de Nicola Costantino que forma parte del conjunto de reinterpretaciones de otras obras en que ella siempre ocupa el lugar del otro y el de ella misma, narrando específicamente a través del mito de Narciso el egoísmo del amor propio. En contraposición encontramos la obra de Lidó Rico, en que el cuerpo, más que un objeto de deseo es un instrumento y una prisión, sus esculturas muestran el reconocimiento de nuestras propias limitaciones autoimpuestas como punto de partida en la búsqueda entrañable de una sorpresa, de algo inesperado que de sentido a nuestra existencia. En la acuarela que presenta Alejandra Alarcón “Amorte” el afecto, el querer es depositado en los hijos como proyección del amor. En la imagen ocurre un acto de antropofagia paternal, el niño está siendo devorado por su padre. La familia cobra un rol protagónico cuando hablamos de afectos, los hijos son el símbolo del amor incondicional que supera cualquier otra brecha en el terreno de los sentimientos. Marta Espinach ha creado unas maquetas donde se muestra la relación entre padres e hijos en la etapa en que los cuentos infantiles se vuelven protagonistas del día a día. Por medio de dos casas completamente empalizadas la artista da señas de elementos como protección, contención, espacio íntimo y cuidados que son indispensables en el círculo familiar. En el mismo lugar de la relación con los hijos están los dibujos de Cristina Calderón y José Luis Paulete un niño, su hijo, que intenta subirse sobre la mesa con ayuda de una silla y hasta que se sube solo. Un proceso de aprendizaje de cual sus padres se sienten orgullosos y que muestra, nuevamente, la incondicionalidad de ese amor fraternal.



Pasando al territorio de las relaciones de nuestros propios sentimientos frente al mundo que nos rodea está la obra de Ivana Larrosa “Ausencia”, fotografías que relatan, a través del poema de Borges, la necesidad de protección. En las imágenes la artista borra la imagen del otro haciendo aun más notoria su falta,   pero conserva un elemento, la mano protectora, la que cuida ese espacio familiar, la que la cuida a ella y la hace sentir segura. Con la misma propuesta pero expresada a través del formato pictórico, Santiago Ydañez, hace también referencia a la protección. En la imagen hay un bebé que es acariciado por alguien en la cabeza, pero de ese alguien solo vemos su mano. Podría ser que esa mano simbolice, como en las fotos de Larrosa, al que ya no está, pero en cuyo recuerdo nos apoyamos para seguir adelante.
El decir te quiero está casi siempre relacionado a un espacio privado y de mucha reserva, pero como seres humanos nos enfrentamos a un mundo que nos bombardea de mensajes de guerra, desamor, dolor, vacío, etc. Reaccionamos frente a estos de diferentes maneras, siempre buscando un lugar afectivo desde donde sacar las fuerzas. En las fotografías deSofía López Mañán hay una búsqueda que muestra la dificultad de enfrentarse, en espacios ajenos y cotidianos, a la ausencia del ser amado. Un cuerpo que se sitúa como protagonista en medio de plazas, edificios, etc. buscando transformarlos en espacios de ensoñación, memoria y aproximación.
Aún más fuera del espacio íntimo y ya abandonando por completo el cuerpo,  Fernando Navarro Vejo crea la palabra “CREE” escrita con PVC. La palabra pasa a ser una sentencia abrumadora. Una declaración personal donde él es el que cree y nos invita a nosotros a creer también. Una enunciación precisa y que mantiene su significado abierto a toda interpretación, poniéndonos en el abismo de nuestras creencias, cuestionando la capacidad de creer en nosotros mismos y en otros. También en el terreno de las propias dudas y las certezas, Paula Toto Blake desestabiliza el mundo conocido a través de estas “Mascotas” con apariencia extraña, que generan un sentimiento de desprecio, repulsión y distancia hacia esa figura que habitualmente tenemos por familiar.



El mundo conocido y lo que nos queda por descubrir. Los padres y las personas mayores han jugado siempre un rol fundamental en la formación de las nuevas generaciones, aunque esa figura ha sido desplazada en cierta medida por las nuevas tecnologías. Arturo Aguiar nos presenta “El mundo”, una fotografía que hace referencia al aprendizaje, en que una mujer mayor le muestra el mundo a través de un globo terráqueo a una mujer más joven. Elena García Jimenez, reflexiona también sobre el aprendizaje mediante un objeto de conocimiento. Invierte el papel del diccionario haciendo que pase de ser una fuente de referencia de conocimiento y respuestas, a una fuente de cuestionamientos e incertidumbre. La dislocación de sus textos y la descontextualización de los términos gramaticales que encabezan las dos páginas de este libro objeto, anulan su función.
El contenido político no queda fuera de las cuestiones que atañen a los afectos. El “Mapa de Carne” de Karlo André Ibarra indaga en la profundidad de su identidad Puertorriqueña cuestionando la ubicuidad territorial de su país perteneciente a las dos américas, el continente Americano y el territorio de Estados Unidos. Lo privado se vuelve un asunto político, reclamando el derecho de pertenencia que también reclama el enamorado, sentirse querido, sentirse parte de un territorio o de la vida de otro. En la obra de Luis Barba ese otro es el desfavorecido, la pobreza frente a la ostentosidad y el glamour de los ricos. “Viajeros en el tiempo” traduce las relaciones y necesidades afectivas al terreno político haciendo una crítica al sistema y abogando en defensa de las clases sociales más necesitadas.

Dime que me quieres aunque sea verdad busca recorrer el complejo mapa de las relaciones afectivas pasando por los territorios más inverosímiles, desde lo profundo de nuestros sentimientos individuales y nuestros conflictos existenciales hasta los asuntos políticos cotidianos que afectan a nuestro entorno. Esta exposición abre un ciclo, después de once años de actividad, en que la Galeria Sicart necesita hacerse algunas preguntas. El espacio con sus paredes en blanco demuestra la devaluación de una tradición que fuera también una necesidad, la de tener artistas, obras, un mercado, un público y afectos que dieran valor, que hicieran verdad su presencia en la ciudad y en el mundo.


GALERIA SICART
Barcelona España