domingo, 9 de noviembre de 2025

“Mujeres artistas de Bolivia” libro de Reynaldo J. González





“Mujeres artistas de Bolivia” es el título del libro que reúne artículos y ensayos escritos por el autor sobre la vida y la obra de algunas de las más importantes artistas de nuestra historia, como Elisa Rocha de Ballivián, Marina Núñez del Prado, María Luisa Pacheco, María Esther Ballivián, Inés Córdova, Guiomar Mesa y Francine Secretan, entre otras. La obra incluye además una biografía extensiva de la historiadora del arte y arquitecta Teresa Gisbert.


El libro es una obra del investigador en artes y artista Reynaldo J. González, y será presentado este viernes 17 de octubre a las 19:00 en el Museo Tambo Quirquincho, en la ciudad de La Paz. Consta de 352 páginas y fue ganador del Fondo Concursable de las Culturas y las Artes (FOCUART), otorgado por el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.


Además, los textos del libro son complementados por ensayos de renombrados académicos locales como Michella Pentimalli, Luciana Molina, Juan Fabbri, Tatiana Suárez y José Arispe sobre otras artistas bolivianas de relevancia como Martha Cajías, Alejandra Alarcón, Sandra de Berduccy, Agnes Ovando y María Riveros. 


El libro presenta además cuatro escritos de perspectivas históricas y críticas sobre el conjunto de la producción artística realizada en territorio nacional por mujeres, a cargo de estudiosos como Roberto Valcárcel (+), José Bedoya, Fernanda Verdesoto, Mary Carmen Molina y el autor. 


Estos materiales son complementados por un prólogo firmado por la Historiadora del Arte, Margarita Vila da Vila, y por 20 retratos de artistas realizados por la ilustradora Jaqueline Mamani (Aki), mismos que incluyen, además de las artistas ya citadas, las imágenes de Graciela Rodo, Ejti Stij y Etelvina Peña. 


Otro de los aportes fundamentales del libro es un “Diccionario Biográfico de artistas mujeres en Bolivia”, mismo que reúne informaciones sintéticas sobre más de 700 artistas activas en los nueve departamentos de Bolivia desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.  


En sus contenidos se presentan datos referentes a las artistas como su lugar y año de nacimiento, sus áreas de actividad, su participación en exposiciones y certámenes artísticos y algunas descripciones y valoraciones de su producción.  En este diccionario se incluyeron datos de pintoras, escultoras, dibujantes, grabadoras, ceramistas, fotógrafas, ilustradoras, historietistas, restauradoras y artistas contemporáneas. 


El libro compuesto por 22 capítulos será presentado en el patio del Museo Municipal Tambo Quirquincho con la presencia del autor, estudiosos en artes y representantes de la Secretaría de Culturas del GAMLP. 


Una obra para visibilizar y reflexionar sobre la producción de mujeres artistas


De acuerdo al autor, Reynaldo J. González, el objetivo de “Mujeres artistas de Bolivia” es contribuir a la visibilización, el análisis y la valoración de la producción de las mujeres artistas en la cultura boliviana, tanto mediante la recopilación y síntesis de informaciones biográficas como a través de análisis críticos y contextuales de su producción artística.  


En este sentido, el conjunto de los textos reunidos en la publicación da cuenta de la paulatina inserción de las mujeres en el contexto cultural local, iniciando con los nombres de las primeras artistas bolivianas conocidas a finales del XIX, revisando la importancia y el legado de la primera artista profesional del país — Elisa Rocha de Ballivián —  y valorando la importancia de la primera generación de pintoras y escultoras graduadas de la Academia Nacional de Bellas Artes de La Paz a inicios de la década de 1930. 


A partir de esa época, a través del éxito y la proyección internacional de una figura fundacional como la escultora Marina Núñez del Prado, la presencia de mujeres artistas en el medio local fue ganando cada vez mayor importancia, consolidándose definitivamente con artistas de la generación de 1952 como las pintoras abstractas María Luisa Pacheco y María Esther Ballivián. Como queda demostrado en los datos ofrecidos por el libro, tanto Núñez del Prado como Pacheco fueron las artistas de mayor proyección internacional de todo el arte boliviano, logrando exponer su obra en importantes galerías, museos y bienales de América y Europa a través de varias décadas.    


En la segunda mitad del siglo XX las artistas bolivianas desempeñaron un papel principal en la renovación de la plástica nacional mediante el ejercicio de corrientes artísticas modernistas y contemporáneas. Ejemplos de esta labor son Inés Córdova, quien fue una precursora en la cerámica artística y del collage textil y el ensamble metálico; Francine Secretan que innovó en la utilización de elemento simbólicos de la cosmovisión andina en esculturas contemporáneas y Guiomar Mesa quien haciendo uso de lenguajes naturalistas produjo una obra simbolista de fuerte contenido crítico que ejerció un influjo determinante sobre artistas recientes.  


Asimismo, en este periodo el trabajo de las mujeres artistas de Bolivia se consolidó especialmente en áreas como la cerámica artística y el arte textil, con numerosas y destacadas cultoras en todos los departamentos del país.   En cerámica el autor destaca a figuras como Deifilia del Carpio, Carolina Sanjinés, Beatriz Fernández, Isabel Garrón, Mónica Dávalos y Jacqueline Mamani, entre varias otras, de abundante producción en el medio, mientras que en arte textil tradicional o contemporáneo destacan creadoras como Martha Cajías, Beatriz Oggero, Graciela Mansilla, Elvira Espejo y Sandra de Berduccy, entre muchas otras.


Otra área de especial concentración de artistas mujeres fue el arte ingenuo o naíf, caracterizado por su fuerte colorido, sus figuras simplificadas y sus representaciones de temas cotidianos. En esta área especialmente cultivada por mujeres artistas el autor destaca a pintoras Graciela Rodo, Agnes Ovando, Carmen Alvares, Etelvina Peña, Carmen Villazón, Gilka Wara Libermann, Silvia Peñaloza, Carmen Torres, Ejti Stij y varias otras. 



El estudio también señala la importancia de artistas activas desde finales del siglo XX como Angles Fabbri, Patricia Mariaca, Cecilia Lampo y Cecilia Wilde en pintura abstracta o semiabstracta y Crhystal Ostermann y Danielle Caillet en escultura en metal.    


Asimismo, el trabajo presenta informaciones sobre varias artistas jóvenes surgidas en centros de formación de El Alto y La Paz como Rosmery Mamani, Adda Donato y Monica Rina Mamani, cuyas obras permitieron el establecimiento de un estilo naturalista aplicado a temas locales que luego fue replicado por artistas de formación academicista como Karina Lara, Gebracia Aruquipa, Laura Navarro y Camila Zelada.   


Otro tema que se evidencia en los distintos capítulos del trabajo es la importancia de las mujeres artistas en ciudades como Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y Potosí, donde son cada vez más las cultoras de disciplinas como la pintura, la escultura y la cerámica artística.  Según el autor, en Santa Cruz puede evidenciarse en las últimas décadas la conformación de una tradición artística propia con figuras destacadas como Carmen Álvarez, Etelvina Peña, Ejti Stij y numerosas artistas jóvenes de gran técnica que destacan en los museos de esa ciudad. En Cochabamba, por su parte, el autor destaca la presencia de varias acuarelistas academicistas dedicadas al paisaje urbano y al bodegón, pero también artistas de miradas contemporáneas críticas como Alejandra Alarcón o Alejandra Dorado. 


Asimismo, González explicó que el “Diccionario Biográfico de artistas mujeres” presenta informaciones sobre artistas que muchas veces no han sido suficientemente estudiadas por el los estudios locales pero que merecen mayor atención por sus logros y por sus propuestas, así como informaciones de numerosas artistas bolivianas o de padres bolivianos activas en el extranjero como Elba Bairon y Donna Huanca.  


lunes, 21 de abril de 2025

Exposición Individual Prometimos no Morir Ex Convento Bethelmita Veracruz

 



Prometimos no morir
Texto de sala 

por Sandra Sánchez  
curadora, psicoanalista y artista

Hay artistas cuyas obras son la cara pública de entramados transdisciplinares donde un tema se ronda desde una multiplicidad de saberes como la filosofía, la historia, la biología y las imágenes. El arte se vuelve un medio para investigar, para desdibujar los lugares comunes y apostar por una lectura crítica del mundo. Tal es el caso de Alejandra Alarcón, cuyas reconocidas acuarelas no son simples ilustraciones de formas dadas, sino apuestas epistemológicas y sensibles que buscan entender la complejidad de la vida material en tensión con los afectos y emociones que historiográficamente la atraviesan.

La exposición –compuesta por una serie de acuarelas en pequeño, mediano y gran formato, animaciones, videos, libros de artista y objetos– acentúa los encuentros y distanciamientos dando igual relevancia a los cuerpos (humanos, animales y vegetales) que a las fuerzas y gestos. 

Alejandra, en su bitácora, tiene anotada una cita de El agua y los sueños del filósofo francés Gaston Bachelard (1884-1962) que sintetiza su postura y metodología:

     “La materia le habla a Michelet por su intimidad. Michelet absorbe la vida material     del agua en su esencia, en su contradicción [...] Esta potencia bivalente será            siempre la base de las convicciones de la fecundidad continua. Para continuar hay     que reunir a los contrarios”. 

El título de la muestra, Prometimos no morir, cuestiona la linealidad del inicio y el fin como momentos causales y definitivos a favor de cosmovisiones donde la materia insiste sobre sí misma a partir de interacciones complejas con otras entidades. A diferencia de los pensamientos de tierra, cuyas raíces se desarrollan para afianzarse y hacer crecer un fruto, los pensamientos de agua (de acuarela), como dice Bachelard, aceptan los movimientos y contradicciones. Su potencia bivalente no busca sintetizar el todo en el uno, sino atravesar los ciclos de fecundidad continua donde la muerte no es un final, sino un portal que cambia el ritmo al reconfigurar la materia. 

Estos flujos corren entre canales, pero también junto a la tierra, haciendo de la horizontalidad del paisaje moderno –con su retícula estable y sus puntos de fuga–, un pantano. Ecosistema húmedo donde lo que crece también se mueve, donde el borde no es una frontera, sino la contención necesaria para que del agua estancada surja vida.

Aunque aparentemente podríamos llegar a la conclusión de que estamos frente a una producción fabulada, las viñetas narrativas no buscan transmitir un mensaje moral, sino la potencia, asombro y complejidad de la vida misma, donde lo líquido lleva a los encuentros y estos a la posibilidad de perder algo de lo propio –de lo uno– para entrar en contacto con lo desconocido, sea esto el amor, la muerte, el miedo, la (in)fertilidad o el propio cuerpo: huesos, órganos, sangre, tejidos y articulaciones. 

Aquí, los personajes no buscan afianzar su principio de identidad desde las tecnologías del yo, sino acentuar los ensamblajes de los que forman parte. Ofelia ya no es aquella que bajo la mirada masculina sucumbe, sino un organismo entre organismos que abraza la vida en tanto abraza la muerte. 

Las mujeres, sus ciclos y procesos, son igual de relevantes que las ideas de cooperación, mutualismo y parasitismo interespecie. Su presencia responde a la necesidad de posicionarse lejos de los sistemas de opresión que jerarquizan verticalmente el mundo, ejerciendo violencias innecesarias. Frente a la injusticia, el pantano. Ante la crueldad, el irresistible y potente asombro de seguir viviendo en flujo los unos junto a los otros. 

Bienvenidos.


Sandra Sánchez










                                                                                       

































TALLER DE ACUARELA en el Ex Convento Bethelmita Veracruz


 












Expisición Individual Prometimos no Morir Ex Convento Bethelmita Veracruz

 



Feria Internacional de Arte Contemporáneo Maco



River Claure





Alejandra Alarcón 


Andrés Bedoya



 Andres Pereira Paz